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La cultura es una herramienta, una capacidad, ergo, se puede desarrollar.
Es a través de la cultura, en sus diversas fuentes y silos, que podemos comprender un texto, cada vez, en menos tiempo y con menos esfuerzo, desplazando el conocimiento adquirido para aplicarlo a nuevos desafíos y nuevos horizontes.
Esta vaina se llama inferencia, o aprendizaje dinámico (tema que será motivo de un posterior comentario).
Lo concreto se refiere a que si nos preguntan de qué color era el caballo blanco de Napoleón; digamos simplemente, lo que se nos pregunta: blanco.
Esto no es fácil, pero sí más sencillo. Requiere un pequeño esfuerzo de análisis por descarte: analizamos la pregunta y respondemos lo que se nos pregunta. Cosa sencilla.
La inferencia es otro cuento. Es la clave.
"No es bueno jugar con fuego" En lo concreto está claro: porque nos quemaremos.
Inferencialmente, la cosa es más dinámica, esto quiere decir, que podemos sacar la estructura semántica de ese texto... y aplicarlo a otro, o a una situación. Por ejemplo: jugar con fuego, puede significar:
a. conducir en estado de ebriedad.
b. coquetear a una mujer comprometida.
c. coquetear estando nosotros comprometidos.
d. nadar más allá de la balsa de seguridad.
e. consumir nuestro sueldo más allá de nuestras posibilidades.
Cada uno de estos ejemplos es una inferencia del texto inicial: "No es bueno jugar con fuego".
¿Está claro?
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